DIA 5: MIERCOLES 14 AGOSTO 2019: PORTLLIGAT, CADAQUES, PLAYA SANT PERE
En este día teníamos algunas de las visitas más esperadas del viaje: por un lado la visita a la Casa-Museo Salvador Dalí, uno de los puntos más orientales de la Península Ibérica; por otro lado, la visita a Cadaqués, uno de los pueblos más bonitos de la Costa Brava (y de España). Para rematar el día pasamos buena parte de la tarde en la Playa de Sant Pere Pescador.
Hotel Costabella – Portlligat (75 KM, 1h 20’)
La casa de Salvador Dalí se encuentra localizada en Portlligat, uno de los puntos más orientales de nuestro país. Tardamos alrededor de 1h 20′ en llegar hasta allí.
Índice
Portlligat
Parking: Portlligat / Descampado
Para visitar la Casa-Museo Salvador Dalí, hay 2 opciones para aparcar: dejar el coche en el Parking de Portlligat (de pago) o dejarlo, de forma gratuita, en un descampado de tierra, a 5′ andando de la entrada a la casa-museo. Nosotros nos decantamos por la segunda opción (y ya estaba casi lleno el parking).
Casa-Museo Salvador Dalí
Horario: 10:30 – 21:00, último acceso: 20:10. Precio: 12€
En cuanto aspectos prácticos de la visita, te obligan a recoger las entradas personalmente al menos 30′ antes de la hora de tu visita (si no las recoges, se reservan el derecho de venderlas a cualquiera que se acerque sin reserva). Además, en la carretera para llegar, hay una zona casi al final que es de montaña, con muchas curvas y tráfico, por lo que tienes que calcular bien el tiempo para no llegar tarde. Nuestra entrada era a las 11:20, así que tuvimos que recogerlas en la oficina del museo, antes de las 10:50. Las visitas son guiadas en grupos muy reducidos (8-10 personas), por eso son tan escrictos con los tiempos.
Para matar el tiempo, es buena idea dar una vuelta por los alrededores, como esta playita con barcas de pescadores que hay justo al lado:
En 1930, atraído por el paisaje, la luz y el aislamiento del lugar, Salvador Dalí se había instalado en una pequeña barraca de pescadores situada en Portlligat. A partir de esta construcción inicial fue creando poco a poco, a lo largo de cuarenta años, su casa:
También nos gustaron mucho, algunos de los edificios de los alrededores, decorados con instrumentos artesanos:
La actual Casa-museo de Portlligat fue la única casa estable de Salvador Dalí; el lugar donde vivió y trabajó habitualmente hasta que, en 1982, con la muerte de su mujer, Gala, fijó su residencia en el Castillo de Púbol.
En la casa podemos diferenciar tres ámbitos: las estancias de la planta baja (en las que transcurrían los momentos más íntimos de la vida de los Dalí); el Estudio (con multitud de objetos relacionados con la actividad artística del Maestro); y los espacios exteriores y patios, especialmente concebidos para la vida pública:
La forma resultante es la estructura laberíntica actual, que a partir de un punto de origen, el Vestíbulo del Oso, se dispersa y enrosca en una sucesión de espacios encadenados por pasos estrechos, pequeños desniveles y recorridos sin salida:
Todas las estancias, además, cuentan con aberturas de formas y proporciones diferentes que enmarcan el mismo paisaje, referencia constante en la obra de Dalí: la bahía de Portlligat:
Los espacios están repletos de infinidad de objetos y recuerdos de los Dalí: alfombras, paredes encaladas, flores secas, tapicerías aterciopeladas o muebles antiguos:
Dada la naturaleza excéntrica de Dalí, colocó un espejo de tal forma que los rayos de sol de por la mañana se colaban en la casa, y rebotaban a su cama, por lo que se jactaba de ser el primero en recibir los rayos de sol de la Peninsula Ibérica:
La visita concluye en el exterior de la casa, donde se encuentran el patio, la piscina y el olivar en forma escalonada, que ocupa toda la ladera de la parte izquierda de la vivienda. En él se encuentra el palomar, un llamativo edificio coronado por una escultura con forma de huevo:
La zona de la piscina es donde más destaca toda la decoración surrealista y estrambótica: muñecos de Michelin, carteles de neumáticos Pirelli, …. La piscina es muy bonita y con ambiente chillout en la parte del fondo:
En fin, una visita muy completa y recomendable, que os animamos a todos para conocer más la figura de Dalí, genio del surrealismo.
Portlligat – Cadaqués (15′ andando o Parking Saba)
Cogimos el coche del parking descampado de tierra y nos dirigimos a cubrir el escaso kilómetro que separa Portlligat de Cadaqués. El parking estaba completamente petado y sacar el coche fue bastante complicado incluso para maniobrar.
Aparcar en Cadaqués fue poco menos que un infierno. Dimos vueltas y más vueltas (como unos 40′ intentando aparcar) porque el parking Saba estaba ya lleno, así que peregrinamos por las estrechísimas calles de Cadaqués, sin encontrar sitio por ningún lado, hasta que por fin logramos aparcar en la parte alta del pueblo. Si lo hubieramos sabido, no hubieramos movido el coche de Portlligat y hubieramos ido y vuelto a Cadaqués andando, porque debía de haber unos 15′, así que no cometáis nuestro error. Una vez aparcados en el descampado de tierra para ver la Casa de Dalí, mejor no mover el coche…
Cadaqués
Se trata de uno de los pueblos más bonitos de Cataluña, y por tanto de la Costa Brava, por lo que sería buena idea incluirlo en tu itinerario.
Se encuentra localizado en el Parque Natural del Cap de Creus, en la comarca del Alt Empordá:
Iglesia de Santa María
Ubicada en el casco antiguo de Cadaqués, en el punto más alto de su centro urbano. Su plaza ofrece además una de las mejores vistas sobre la bahía.
Aunque la iglesia fue originalmente construida en el S. XIII, el saqueo que sufrió por los piratas sarracenos en 1543 (en concreto por el pirata turco Barbarroja) obligó a reconstruirla, siendo el actual edificio, de estilo gótico, del S. XVI:
Las callejuelas alrededor de la iglesia son encantadoras, con buganvillas por aquí y por allá:
Comimos en la terraza del Restaurante Lua (Santa María, 1), un sitio de cocina moderna, muy reomendable, con unas camareras muy simpáticas:
Después de comer, dimos una pequeña vuelta, descubriendo algunas calitas encantadoras que salpican la población:
No podía faltar el homenaje, en forma de monumento a la figura de Salvador Dalí:
Casa Blava o Serinyana
Es uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad. También conocida como Casa Blaua, la icónica vivienda debe su nombre a su primer propietario: Octavio Serinyana.
Esta vivienda modernista cuenta con 625 m2 y fue restaurada en los ’80. La obra de Salvador Sellés i Baró conserva intactos los elementos cerámicos azules que enmarcan puertas y ventanas), el forjado de los balcones, los frescos de los techos, el mosaico hidráulico del suelo, las baldosas estilo art nouveau y las lámparas de Murano:
Os recomendamos seguir con el paseo para adelante, hasta llegar hasta la zona más bonita para nosotros del pueblo, ya que desde alguno de los miradores que aparecen en el camino, hay unas vistas fabulosas de la población, con la iglesia y las montañas al fondo, y el mar y el vaivén de embarcaciones en primer plano:
También merece mucho la pena adentrarse en cualquiera de las calles de la localidad y dejarse deleitar por las buganvillas lilas colgadas sobre las fachadas de piedra:
Cadaqués- Playa Sant Pere (45’)
Después de pasar bastante calor en nuestra visita a Cadaqués, decidimos ir a la Playa de Sant Pere, que era la que más nos convencía de todas las de la zona. Facilidad de aparcar y un arenal enorme nos decidieron a ello.
Playa Sant Pere
Es la playa más larga de toda la bahía de Roses, con 6,3 kilómetros de arena y dunas. En la zona hay varios campings, con acceso directo a la playa:
Hay zonas reservadas para la práctica del windsurf y el kitesurf, celebrándose incluso en esta playa una prueba del campeonato mundial de windsurf:
Por si esto fueran pocas razones, además la playa cuenta con alguno de los mejores chiringuitos de toda la Costa Brava:
Playa Sant Pere – Hotel Costabella (45’)
Depués de pasar buena parte de la tarde en la playa y apurando la cerveza en uno de los chiringuitos, ya llegando al atardecer nos retiramos a nuestro hotel en Girona Capital.
Al día siguiente, aunque teníamos pensado ir a la playa, viendo que no daban muy bueno, decidimos adelantar las visitas a varios pueblos destacados de la Costa Brava: Pals, Palau-Sator y Monells.